ENTREVISTA A : JOAN MARI MAYANS

Publicado en por angel.o.demonio.over-blog.es

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Joan Marí Mayans: «Aquí aprendes a que te digan no»

 

El joven actor formenterés interpreta el personaje de Bruno en la serie de Telecinco ´Ángel o demonio´, donde da vida a un humano que se debate entre las fuerzas del bien y del mal.

 

Joan Marí Mayans es un joven formenterés que acaba de iniciar una prometedora carrera como actor. El pasado año fue seleccionado entre más de 500 actores para interpretar el papel de Bruno en la serie de Telecinco ´Ángel o demonio´, que se emite en horario de máxima audiencia (22.15 horas) los martes. Ahora reside en Madrid, donde sigue formándose en el Estudio Juan Carlos Corazza.

 

FORMENTERA | CARMELO CONVALIA Joan Marí Mayans nació en Formentera hace 21 años. Desde pequeño sintió una especial atracción por el teatro, y cuando se montaba alguna función en la escuela o en el instituto, allí estaba él. Al acabar el Bachillerato en el Institut Marc Ferrer se fue a Barcelona a estudiar Ingeniería industrial, pero su cabeza estaba en otro lugar, más allá de los problemas matemáticos. Cuando terminó el primer curso decidió dar un giro a su vida y se matriculó en interpretación, en el Col·legi del Teatre. También se dio cuenta de que en Madrid tenía más posibilidades para aprender a ser actor y se fue a la capital. Ahora cursa segundo curso de interpretación en el Estudio de Juan Carlos Corazza y ha conseguido un papel en la serie de Telecinco ´Ángel o demonio´, en la que interpreta el personaje de Bruno, un humano que se debate entre las fuerzas del bien y del mal.

 

—¿Cómo llega a ser seleccionado para la serie?

 

—A finales del curso pasado ya hice un par de casting para esta serie de ´Ángel o demonio´, creo que fue en marzo. Luego me llamaron para hacer la segunda prueba en el mes de mayo, en la que accedes a un personaje en concreto, y yo lo hice para el papel de Bruno. Después, a primeros de julio me llamaron, me dieron la noticia de que el papel era mío y empezamos a rodar a finales de ese mes.

 

—Bruno es un personaje secundario.

 

—Sí, pero en algunos capítulos la trama recae un poco más sobre él. En esta serie cada capítulo empieza y acaba sobre un hilo argumental entre Valeria, que es un ángel y Damián, que es un demonio, y sus respectivas familias. En cada capítulo los demonios intentan corromper el alma de alguien y los ángeles tienen que intentar salvarlo

 

—Entre demonios y ángeles, ¿usted en qué bando está?

 

—Por el momento soy humano y a ver qué pasa. No puedo decir más.

 

—¿Cómo un joven cambia la ingeniería por la interpretación?

 

—Siempre me ha gustado la interpretación. Desde que tenía 8 o 9 años hacía siempre teatro en el colegio, luego en el instituto y siempre que podía estaba metido en estos fregados. La verdad es que me fui a estudiar ingeniería con la intención de acabar la carrera y luego estudiar interpretación, que es lo que realmente me gusta. Pero al ver que la ingeniería no era lo que esperaba decidí apostar, a ciencia cierta, por algo que sabía que me gustaba, con lo que disfrutaba un montón, y me busqué la vida para meterme en una escuela de interpretación. En Barcelona hice una miniserie de 10 capítulos de diez minutos para la red de televisiones locales, otra cosa en Internet y también hacía figuraciones en series de TV3 para conocer de cerca cómo funcionaba el mundo audiovisual.

 

—¿Por qué decidió trasladarse a Madrid?

 

—Me di cuenta de que la oferta de casting en Barcelona era un poco reducida y cambié de ciudad.

 

—¿Qué ha aprendido de su experiencia en ´Ángel o demonio´?

 

—Sobre todo a tomármelo todo con mucha calma; aprendes a que te digan que no. Lo digo porque para que te cojan en una serie tienes que pasar por bastantes casting y en muchos de ellos no te eligen. Tienes que aprender que cuando sales por la puerta debes olvidarte y pensar que si en algún momento te cogen, ya te llamarán. Lo que no puedes hacer es estar pendiente las 24 horas porque entonces te instalas en la frustración y eso no es sano. Esto es un proceso largo y complicado con épocas en las que te irán mejor las cosas, y como persona debes aprender a sobrellevarlo.

 

—¿Qué ritmo de trabajo ha llevado es la serie?

 

—Rodaba uno o dos días por semana, entre el mes de julio y mediados de diciembre del pasado año. Normalmente recibes los guiones en casa y siempre tienes un orden de las secuencias que vas a rodar en el plató, como mínimo tres días antes. Luego te recogen en tu casa entre las siete y la ocho de la mañana. Llegas al plató y pasas por maquillaje, peluquería y vestuario. Cuando estás listo te pones con los compañeros a repasar texto y a esperar, que es una de las cosas que más hacemos. Cuando está todo listo entras, haces un ensayo con el director para ver cómo quiere llevar la secuencia, haces tus aportaciones, vuelves a ensayar ante las cámaras y finalmente grabas y haces las tomas necesarias hasta que la secuencia quede bien.

 

—¿Cada actor tiene un método para hacerse con el personaje? En su caso, ¿cómo es el proceso?

 

—Lo primero que hice cuando recibí los guiones fue ponerme en contacto con Carmen Rico, que es mi profesora. Repasamos los guiones y me mandó tareas para construir el personaje. Una vez que lo tienes empiezas a trabajar desde tu experiencia, qué cosas compartes con el personaje y qué aspectos te puede costar más trasmitir de él. En mi caso, Bruno me ha permitido rebuscar dentro de mí muchas cosas, sobre todo el aspecto inocente. Él está enamoradísimo de su compañera de clase pero no se atreve a decírselo. Entonces repesqué esa timidez, que he tenido en algún momento, y la potencié hasta que me sentí cómodo.

 

—¿Mantiene relación con Marcos Ortiz, otro actor de la isla?

 

—Desde que llegué a Madrid Marcos me acogió muy bien. Los dos tenemos un amigo en común, director de cine de Formentera, Alfredo Montero. Nos conocemos y en cuanto se enteró de que estaba en la ciudad enseguida me dio todo su apoyo. Cuando me cogieron para la serie me ayudó mucho a entender lo que eso suponía. Al principio te dices: ´bueno, solo es una serie´, y casi no lo asumes. Pero él me insistió en que tenía que trabajar, en que tenía que hacerlo mejor aunque pensaba que estaba bien. Marcos me dijo que tenía una muy buena oportunidad si lo hacía bien pero también que si la cagaba en una serie de tirada nacional, eso podía marcar mi futuro. Pero de momento las cosas están saliendo bien.

 

 

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